domingo, 11 de mayo de 2014

La hermana del sol

 
 
   La mayoría de las estrellas del universo bailan junto a una o varias compañeras; son la conocidas estrellas binarias. Nuestro sol no tiene ninguna compañera; al formarse nuestro sol desde una nebulosa gaseosa, éste cogió el 99% de la masa de esa nebulosa y el 1% restante lo forma el resto del sistema solar. Pues parece que habrá que volver a reescribir los libros.
 
   Identificada una estrella que se formó en la misma nube de gas y polvo que la nuestra hace 4.650 millones de años. Eso es, el sol tiene una hermana; visible con prismáticos no lejos de la conocida estrella Vega, esta estrella se halla en la constelación de Hércules. Hace miles de millones de años las dos estrellas nacieron de una misma nube de gas y polvo que con el paso del tiempo estas hermanas se han ido separando; concretamente unos 110 años luz de distancia nos separa de ella, y por consiguiente la vemos tal y como era hace unos 110 años.
 
  "Queremos saber dónde nacimos. Si averiguamos en qué parte de la galaxia se formó el Sol, podremos tener una idea de las condiciones del Sistema Solar primitivo. Eso podría ayudarnos a entender por qué estamos aquí", indica Iván Ramírez, astrónomo de la Universidad de Texas y director del estudio. "A los astrónomos nos interesa saber si las cantidades anómalas de elementos metálicos -más pesados que el hidrógeno y el helio- que vemos en el Sol tienen algo que ver con que exista un planeta con vida. Estrellas que hayan nacido de la misma 'madre' tendrán, en principio, la misma composición, o muy parecida, y podremos saber si eso ha tenido algo que ver con la evolución de la Tierra", explica Santiago Pérez-Hoyos, investigador del Grupo de Ciencias Planetarias de la Universidad del País Vasco que no ha participado en el trabajo.

 
 
   La nube de gas y polvo de la que nacieron estas dos estrellas así como las del resto del universo son conocidas como  los criaderos estelares y pueden medir decenas de años luz, como la Nebulosa del Águila, cuyo tamaño se calcula en 70 por 50 años luz y que contiene unas 460 estrellas. Esas nubes están compuestas en un 90% por hidrógeno, en un 9% helio y en el 1% restante por otros elementos cuya proporción varía de una a otra. Dentro de esas formaciones, la gravedad da de vez en cuando lugar a aglomeraciones de gas. Cuando la densidad de una de esas acumulaciones llega a un punto determinado y los núcleos de hidrógeno empiezan a fusionarse para dar lugar a helio: así nace una estrella.  Hace mucho que se buscan estrellas hermanas de la nuestra. "Durante un tiempo, se creyó que el Sol podía haber nacido en el cúmulo Messier 67, que está en la constelación de Cáncer, pero esa posibilidad se ha descartado", apunta Pérez-Hoyos. .
 
  Ramírez y su equipo han descubierto a la primera hermana del Sol  tras examinar treinta estrellas candidatas mediante espectroscopía de alta resolución: dónde habían estado y hacia dónde van en su viaje alrededor del centro de la galaxia. Al combinar ambos tipos de datos, solo una candidata encajaba con lo esperado: HD 162826, una estrella un 15% más masiva que el Sol.  El proceso, trabajoso, se verá simplificado cuando entre en servicio dentro de unos meses la sonda Gaia de la Agencia Espacial Europea, que viaja en la actualidad hacia un punto alrededor del sistema Sol-Tierra desde el que, durante cinco años, hará un mapa tridimensional de la Vía Láctea y situará con precisión nada menos que 1.000 millones de estrellas. "El número de estrellas que podremos estudiar se multiplicará por 10.000", asegura Ramírez. Con las coordenadas de todos esos astros, los astrónomos buscarán a parientes del Sol concentrándose en "ciertos elementos químicos clave" que varían mucho entre estrellas y dependen de dónde nació cada una, ha explicado el científico peruano.
 
   ¿Qué hace que estrellas como el Sol y su hermana estén, con el tiempo, separadas por más de 1.000 billones de kilómetros o 110 años luz? "Las estrellas siempre nacen en familia, en grupos que pueden ir de unas pocas a centenares. Pasado algún tiempo, lo normal es que se disgreguen y cada hermana se vaya a vivir a un sitio distinto. Si se separan, es porque, en su viaje alrededor del centro de la galaxia, pasan cerca de otros objetos y la fuerza de la gravedad de esos objetos da un tirón más fuerte a la estrella más próxima que a la más lejana. Eso hace que cambien sus trayectorias y lo que es una pequeña diferencia al principio, con el paso de miles de millones de años, aumenta hasta centenares de años luz", ilustra Pérez-Hoyos. Un grupo de estrellas recién nacidas visible a simple vista, y todavía juntas, es el de las Pléyades. "Dado que están en el plano de la galaxia, lo más probable es que acaben separándose", augura.
Identificar varias hermanas del Sol serviría, en principio, para intentar reconstruir sus historias y rebobinar la película para ver dónde estuvieron juntas. Es decir, dar con su lugar de nacimiento. Esas estrellas hermanas pueden estar muy cerca. Además de dar con la cuna, tener hermanas del Sol permitirá a los científicos ver cómo evolucionan los gemelos estelares expuestos a diferentes influencias.
Ramírez cree que hay una pequeña probabilidad de que alguna de esas hermanas del Sol también tengan planetas con vida. Especula con que, cuando se estaban formando en el cúmulo estelar, las colisiones pudieron lanzar trozos de planetas de un sistema solar naciente a otro y tal vez incluso pueden haber sido responsables de traer la vida a la Tierra. "Podríamos decir que las hermanas del Sol son candidatas clave en la búsqueda de vida extraterrestre", dice el astrónomo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


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